Varios factores confluyen para convertir a Colombia en un destino de inversión inmobiliaria cada vez más atractivo para compatriotas que viven en el exterior y también para extranjeros.
La construcción ha protagonizado un desarrollo sostenido en la última década, con proyectos constructivos a gran escala, de características sobresalientes, que están generando una gran oferta de unidades nuevas en el mercado —según datos de Camacol, durante el presente año la oferta de vivienda nueva en los niveles medio y alto superará las 74 mil unidades—, que se suman a una muy importante oferta de vivienda usada en ese mismo segmento.
Los anteriores factores, luego de un año de intensa actividad, el de mayor crecimiento histórico en términos de unidades de vivienda vendidas, dieron pie a la creación de un plan de internacionalización de la inversión inmobiliaria en el país.
Informaciones de estas dos entidades también destacan un dato no menor, y esto es que Colombia ha ido convirtiéndose en un lugar cada vez más atractivo para personas en edad de retiro, que se benefician de múltiples factores como el clima, el acceso a servicios de calidad y costos muy asequibles, han ido convirtiendo a nuestro país en uno de los lugares sobresalientes de la denominada Silver Economy, que no es otra cosa que el mercado de productos y servicios de las personas de la tercera edad, un renglón del mercado que crece en todo el mundo y que tiene un alto poder adquisitivo.
A esto se suman los colombianos en el exterior que se convencen cada vez más de las posibilidades que brinda la inversión en inmuebles en el país, con precios atractivos y una variada oferta, que incluye esquemas de fideicomisos, entre otras opciones. Se estima, además, que cerca de los 7 mil millones de pesos que ingresan anualmente al país por concepto de remesas representan cerca de un 60 por ciento de la inversión inmobiliaria.